Esta amplia plaza, situada entre el Paseo de Camoens y la Calle Real, está presidida por una reproducción de la
puerta del antiguo Hospital Real que se encontraba en esta plaza.
En unas hornacinas con pedestales situadas en la puerta de piedra negra del
Hospital se situaban las estatuas de los Reyes San Fernando y San Hermenegildo
que dieron nombre a esta plaza.
Casi toda la plaza es peatonal. Dispone de una fuente circular, está equipada con un moderno mobiliario urbano, de líneas curvas y está dotada de un aparcamiento subterráneo con capacidad para 200 vehículos.
En la esquina con el Paseo de Camoens se encuentra la Iglesia de San Francisco y junto a la misma un conjunto escultórico de bronce de tres metros de altura alegórico de la Semana Santa ceutí, obra de los hermanos Pedrajas.
En la esquina con la Calle Millán Astray y el Paseo de Camoens se sitúa la «Casa de los Dragones» que recibe su nombre por las esculturas de gran tamaño que ornamentan su cubierta.
Otros edificios representativos de la plaza son la Delegación del Gobierno y el Edificio Marañés.
La réplica de la antigua puerta del Hospital Real de Ceuta se encuentra en la Plaza de los Reyes, en el mismo lugar donde se ubicaba el Hospital Real que se levantó a comienzos del siglo XVIII y fue demolido durante la II República. El espacio público resultante de la demolición se denomina Plaza de los Reyes en honor a los dos reyes que adornaban la puerta del Hospital Real.
El autor es el arquitecto Ángel Moreno Cerezo, la obra data de 2006 y el material utilizado es serpentina verdosa jaspeada.
La puerta tiene un único vano con un arco de medio punto. En su lado principal, cuatro columnas de orden jónico se apoyan sobre un basamento adelantado al plano principal. Todo el conjunto está coronado por un entablamento rematado por varios pináculos. A los lados del vano, entre las columnas, se disponen dos hornacinas que acogen las esculturas de San Fernando y San Hermenegildo.
La estatua de San Fernando es de piedra caliza y representa al rey Fernando III coronado, con manto, cetro y globo terráqueo.
La estatua de San Hermenegildo, también de piedra caliza, representa al rey
San Hermenegildo con grilletes en los pies, atributos de su martirio.
Esta Iglesia fue comenzada en 1712 y bendecida en 1723. Formaba parte del antiguo convento de Franciscanos Descalzos. Se encontraba junto al Hospital Real.
La fachada se compone de un módulo central, en el que se abre la puerta de acceso al templo, flanqueado por dos torres campanario de planta cuadrada, en cuyo fuste se abren ventanas. La torre de la izquierda acoge un reloj.
El edificio es de planta rectangular, con tres naves, crucero y presbiterio. A los pies, en alto, se ubica el coro, sobre los dos primeros tramos de la nave central. Los pilares son de sección cuadrada con pilastras toscanas adosadas.
Los brazos del crucero y el presbiterio se cubren con bóveda de cañón, mientras que el crucero lo hace con bóveda semiesférica.
En su interior destaca el retablo barroco del siglo XVIII de estilo antequerano,
en verde y oro. El templo posee una bellísima talla de la Virgen de las Penas,
atribuida al imaginero Blas Molner.
Situada en la esquina del Paseo Camoens con la Calle Millán Astray y la Plaza de los Reyes. Recibe el apelativo de «Casa de los Dragones» por las esculturas de gran tamaño que ornamentan su cubierta.
Es un edificio historicista de tres plantas, obra del arquitecto valenciano Cortina
Pérez, construido por los hermanos Ricardo y Francisco Cerni González. En la fachada puede verse un anagrama con sus iniciales.
Este edificio fue sede del Casino Africano.
Edificio racionalista situado en la calle Serrano Orive número 1 esquina con la Plaza de los Reyes, proyectado por el arquitecto José Blein Zarazaga para don Agustín Marañés. Se comenzó a construir en 1929.
Junto a la Iglesia de San Francisco se encuentra un conjunto escultórico de bronce de tres metros de altura y casi 500 kilos de peso, representativo de la Semana Santa ceutí, obra de los hermanos Alejandro y Francisco Javier Pedrajas. Esta escultura se inauguró en 2009 con motivo del XXI Encuentro Nacional de Hermandades Penitenciales. La imagen de estilo barroco representa a un penitente que da la mano a su hijo pequeño, simbolizando la entrega del testigo a la juventud.
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